Y tú me preguntas qué ocurre
y yo pienso: si tú supieras
y supieras cuánto puedo llegar a estar de podrida...
así que perdona
si ves que te miro
con gesto radiofónico al ausentarme
cuando a veces me buscas para mecer tu risa en mis labios
y yo me agacho
como al que se le han caído unas monedas
y las sigue rodando.
no quiero que me veas chapotear entre mi propia mierda
mientras trato, como siempre, de no ahogarme.
A veces las monedas ruedan hasta hundirse en la mierda. Y nosotros detrás...
ResponderEliminarNo queremos que nos vean débiles. Qué más da?
Fuerza.