El artista es un pequeño Dios y el dolor es siempre la antesala de la creación.

domingo, 29 de enero de 2012

“Se me descarrilaron los sueños”
Amanecí con aquella frase en los labios, con ganas de decirla o de gritarla, pero sin encontrar el momento adecuado. Amanecí con la vergüenza en los labios por la noche anterior, porque estos rozaron un cuerpo cualquiera, abandonado a mi suerte. Y no pude hacer otra cosa que recorrer mis últimos días preguntándome cómo había llegado ahí. Pero me encontré que no fue culpa de los últimos días, ni siquiera de las últimas semanas, sino de los últimos meses. Había sido una muerta en vida en mucho tiempo. Y un sabor amargo me inundó la garganta, esa mezcla entre aliento matutino, alcohol y semen. Me entró una arcada. Era capaz de recordar el sabor de su sexo, pero incapaz de recordar el mío, mi sexo, ese que tuve antes de todo ese tiempo muerta.    

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