La guerra es tan vieja como Dios mismo. Y la guerra no se acaba. La guerra nunca termina. La guerra no es más que una orgía de sangre y vísceras planeada y dirigida por viejos verdes atiborrados de testosterona, que sólo encuentran satisfacción follándose el planeta entero. ¡Ésta es la VERDADERA PORNOGRAFÍA! Una escandalosa pelea de gallos con cowboys exaltados que retarán a duelo al insensato que se resista al advenimiento de su mentalidad de competición de rodeo.
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