El hombre muerto emerge lentamente del foso de arena gateando desde abajo de diez metros de herrumbre reseca.
Reúne la fuerza de todos los muertos que lo rodean , de quienes saca suficiente falsa energia para levantarse , sacudirse el polvo y desplomarse encima de mi. Su peso muerto me estruja borrando cualquier sentimiento. Una sensacion de aplastamiento . De embotamiento de los sentidos .De ofuscamiento de la razon, Mi respiración se debilita . Apenas puedo respirar para que el oxigeno llege al cerebro . El pulso decae , fluctua , se para . Paralisis, Electrocardiograma plano, El tiempo expira . Desaparezco , Reaparezco.

Pues el sepultero de los sueños devastados y de las falsas promesas, ese vigilante de la infinita espiral de obsidiana , tiene propension a materializarse al azar , a desaparecer durante años y años, y a reaparecer cuando y donde menos te lo esperes. Su habilidad en cortar a una mujer en dos , o descuartizarla , para ver como se desmenuza en astillas , en pedazos , y se disuelve en polvo , el polvo del cual él viene , solo para volverla a la vida despues y verla morir otra vez, con la boca llena de su ahogado resuello , es suficiente testimonio del dominio que ejerce en esa patraña que llaman El Otro Reino de la Muerte . La muerte no puede ser más que un embuste , un truco , un laberinto , un pasaje secreto con un comutador oculto, solo separado de la Vida por la percepción que tenemos de ella.

Sí creéis como yo en lo invisible , lo inanimado , lo inaudible , lo imposible , entonces es seguro que un dia el Hombre Muerto os llamará. Lo conozco muy bien . Es mi mejor mitad